Puedo entender como callan
Las dulces e implacables sonrisas imperiosas.
Puedo pero no comprendo si me abandona algo macabro
O sucumbo, presa de asalto premeditado.
Oh amigo... que impertinencia desdeñosa
Se atreve a patearnos penales en contra.
Oh amigo... te atreves a sentirte una lágrima en la tormenta
Siendo una furiosa luz entre las estrellas.
Sobre baldosas caen las lágrimas
Cuantas voces, cuantos viajes.
Uno mas, uno menos
¿A quien le va a importar lo suficiente?
Oh amigo... que delicada que es esa sombra
Tan falta de afecto, y se atreve a mirar de reflejo.
Oh amigo... te atreves a sentirte una lágrima en la tormenta
Siendo una furiosa luz entre las estrellas.
Espero, hermano, en otra vida
Seas tú, con forma de planeta.
El planeta que habite
El que nos sostenga.
Oh amigo... los terribles miedos a desmoronarme
Los convertiría en un abrazo fraterno al instante.
Oh amigo... te atreves a sentirte una lágrima en la tormenta
Siendo una furiosa luz entre las estrellas.
Bueno... esta vez me debí tomar mas libertades, en cuanto a lo que trágicamente salta a la vista, tomando en cuenta la situación estética de publicación, y a un hecho básico, que tiene mas que ver con la originalidad de la obra, contradiciendo totalmente a la inmediata anterior publicación y fomentando nefastas ideas que proliferan por acusarme de psiclotimia (aunque también ya estaba aclarado que esto no tenía nada que ver con el paganismo); originalidad tal que me importa un carajo. Pero el hecho es que es una dedicatoria, con lo cual lo que logro es no ofender al homenajeado, que si bien sé, nunca se ofendería, sabe muy bien que merece mas que las míseras cuatro palabritas que le habrían sido adjudicadas a dedicatoria tal. Con lo cual nos sacamos de encima la idiotez de mantener la originalidad, pues mas bien preferentemente esta no existiera o, de existir, fuera lo que exige el término dado a este signo... "volver al origen".
Vamos... sabemos que las cavernas no están lejos y mi garganta se está secando. El tiempo parece algo tirano, con lo cual debemos ser zorros y astutos para derruirlo por completo. Lo derruimos o queda como está, una llama siempre a punto de estallar y hacer trizas lo que se le interponga... o una llama que nunca podría darse el lujo de explotar a algo mas que a si misma. Solo así podría dejar de ser un esclavo orgulloso de su libertad...
A mi querido Roberto entonces... dedico este poema pasado de moda. Bien sabrá el por que le fueron dedicadas estas... líneas... No recuerdo bien que debía decir este preciso instante y la sonrisa se me pone cada vez mas terca... sigo sin entender por que son tan insulsos los movimientos penosos de los andares cotidiano... me retracto, no es sin entenderlo, sino sin entender porque los permitimos... pero no queda mas que "ver".
Se me acaban las líneas, y me gustaría cerrar la idea concreta... pero eso me parecería encerrarla al concepto de que la idea debe darse como causa y no como efecto... o sería al revés. Ya no manejo muchos de los conceptos aplicados pero me parece apropiado mencionar que si lo hice, por algo debe ser.
domingo, 7 de marzo de 2010
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Siempre me sentí halagado por los versos que me regalaste y aunque muchas de esas heridas cerraron (al menos en apariencia) las cicatrices quedan y eso hace que de a poco s vele el temple que cada uno anhela (o al menos espera).
ResponderEliminarEstoy orgulloso de seguir este camino sinuoso (si se me permite la expresión) de ir conociéndonos y me alegro de haber compartido gratos (y no tanto) momentos y lugares con vos.
Vayan estas líneas como un humilde homenaje al homenajeador.
Vasos y Besos.
Muchisimas gracias mi estimadísimo cómplice. Heme aqui conmovido por... vaya a saber quién sabe qué sabremos, conmueve a los homenajeadores y a los homenajeados... pero he aqui aprovecho la situación para pedirte permiso de publicar por este medio las lineas que alguna vez me hubieras dedicado.
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